Hablemos de RESPETO

fuente https://www.entrerios.gov.ar/copnaf/crianza-sin-violencia-unicef-2017.php
Con este texto que comienza a continuación pretendo abrir un espacio de reflexión donde poder pararnos a pensar sobre diferentes acciones que llevamos a cabo en nuestro día a día. A lo largo del texto usaré de manera aleatoria el femenino y el masculino considerando cualquiera de los dos como neutro.
Hace ya mucho tiempo que considero este valor eje central de las relaciones sociales. Respeto como término que engloba ciertas actitudes con el otro y con respecto a uno mismo, como la escucha activa, la empatía, la autogestión emocional, el autocontrol,…
Las noticias sobre peleas, palizas, violaciones, bullying, asesinatos, terrorismo nos llegan todos los días. A veces las vivimos de cerca y otras veces nos parece que son cosa de otros, pero en realidad es cosa de todos, porque todos convivimos en el mismo mundo.
Constantemente se oye por la radio, la televisión, en el parlamento, en las conversaciones en la calle,…, que la solución está en la educación, y yo pienso lo mismo, pero no sólo en la educación de los niños y adolescentes, sino en una educación de la sociedad, de los adultos, partiendo de una profunda reflexión sobre lo que hacemos y decimos a los demás, pero principalmente a ellos, a los más pequeños.
Los niños se fijan en todo lo que hacemos, muchísimo más que en lo que decimos, para ellos los adultos con los que conviven, los que les alimentan, les visten, les bañan, les llevan al médico, son el modelo a seguir, por lo que, si queremos conseguir personas que sepan gestionar de una manera adecuada los conflictos debemos hacerlo nosotros cuando nos encontramos con una situación difícil, si queremos que respeten a los demás debemos respetarles, si queremos que controlen sus impulsos y la manera en la que expresan sus emociones debemos de hacerlo nosotros, …
Cuando hablo de los adultos, principalmente hablo de los que son referentes, de la familia, pero también, porque ellos también son importantes, hablo de esos adultos que se encuentran en los entornos secundarios a los que los niños acuden con mayor o menor frecuencia. Me refiero al centro de salud/hospital, al centro educativo, al parque, a las tiendas,…, todos tenemos que ir poniendo nuestro granito de arena en la construcción de un mundo mejor, de un mundo donde reine el respeto.
Los niños son personas desde el primer minuto de vida, así que, por favor párate a pensar si tu manera de actuar con ellos es como te gustaría que actuaran contigo.
- Dales de comer con respeto, escuchando sus necesidades y adaptándote a ellas. No me refiero a que elijan lo que quieren comer siempre, es importante la educación alimenticia, con el fin de conseguir una dieta sana y equilibrada, me refiero más al cómo nos enfrentamos a la comida con aquellos niños que tienen más dificultades.
Seguro que a ti no te gustaría que te metieran la comida a la fuerza, ni que te pusieran otro plato cuando el anterior lo has vomitado. Te parecería injusto y te revelarías contra ello, si no te dejasen irte a tomar un café con tus amigas o compañeros porque aún no has tragado el último trozo de esa comida que te ha costado tanto comer.
- Trátales con respeto, sin ejercer abuso de poder en ninguna situación. Posiblemente a ti no te gustaría que hicieran una intervención médica a la fuerza mientras alguien te sujeta, de hecho, sería un motivo de denuncia, pero a los niños no les respetamos sus tiempos, ni les permitimos que expresen dolor ni miedo, no dejamos que sean ellos los que nos digan cuando están listos para ser pinchados o ser intervenidos de cualquier otra manera. Justificamos nuestra brusquedad por falta de tiempo o por creer que ellos no pueden decidir, ni opinar, ni expresar, pero ellos son dueños de su cuerpo y deben de saber que son los que tienen que decidir sobre cómo y cuándo están listos para recibir una intervención médica, sobre todo si hablamos de un acto preventivo y no de urgencia. Pienso que en situaciones de urgencia las intervenciones son diferentes, aunque creo que también tiene que reinar el mayor respeto que se pueda ejercer.
- Gestiona los conflictos con respeto. Si tuvieras un enfrentamiento de ideas con un amigo, compañera, familiar, te parecería irracional acabar dándole una torta, una colleja, o un azote para conseguir que acabara haciendo lo que tú dices o dándote la razón. En el caso de adultos estaríamos hablando otra vez de acciones denunciables, pero sobre los niños no lo valoramos de la misma manera. Aunque cada vez está más extendido, cognitivamente hablando, que no sirve de nada a nivel educativo pegar a un niño, las acciones se siguen produciendo.
Pongamos como punto de partida algunas frases que se pueden oír habitualmente:
- “La he dado un azote, pero ella sabe que la quiero”. ¿Esto no os suena a nada? De esta manera estamos asociando un acto violento al amor. Me pega, pero me quiere o la pego, porque la quiero.
- “Me ha hecho enfadarme y le he acabado dando una colleja”. Con esta frase no estamos siendo modelo de autogestión y autocontrol de las emociones, ni estamos responsabilizándonos de nuestras acciones, ni del origen de las mismas, así, ¿cómo queremos que ellos puedan hacerlo en la relación con los demás?
- “Ese niño necesita una torta” o “Una buena torta a tiempo les hubiera librado de muchas complicaciones”. Un niño al que se le pega, aunque sea puntualmente, aprende que esa es la manera de actuar en determinadas situaciones. Lo que necesita un niño es que se le cuide, que se le eduque, que se le pongan límites, pero de una manera respetuosa, empática y escuchando su momento evolutivo, lo que nos dice corporal y verbalmente.
- Ten en cuenta sus propias emociones, el momento que están viviendo, sus necesidades, capacidades y dificultades. Pon palabra a lo que están viviendo, no lo niegues, reconócelo, porque de esta manera ayudarás a identificar lo que sucede y se podrá actuar en consecuencia. Seguro que a ti no te gustaría que te dijeran que no pasa nada, cuando te has hecho daño, o cuando te despiden de un trabajo, o cuando no consigues un objetivo que te habías marcado. Seguro que te gustaría que te escucharan cuando tu pareja ha roto contigo o ante la muerte de un ser querido. Seguro que quieres tener cerca de ti a alguien que quieres y te da seguridad a la hora de enfrentarte a una intervención médica que te vaya diciendo que lo que vas a vivir es doloroso y difícil, pero que ella está a tu lado para acompañarte.
Podría seguir así durante hojas y hojas, porque hay un montón de micro y mini conductas que debemos cambiar para que el modelo que les damos a los más pequeños sea el que les ayude a ser personas respetuosas con ellos mismos, con los demás y con el entorno. Debemos empezar desde los inicios, con el fin de conseguir patrones de conducta saludables y evitar llegar a desarrollar patrones de conducta insanos y problemáticos
Reflejo estos ejemplos porque son los últimos con los que me he encontrado, pero os invito al análisis y a la reflexión de vuestra manera de actuar con respecto a los demás. Os invito a que desde ahí podamos ir haciendo pequeños cambios que nos lleve a reducir al máximo las conductas violentas e invasivas que vive nuestro mundo.
Para finalizar quiero aclarar que educar con respeto no significa estar pasivo ante las conductas de los niños, implica mucho por parte del adulto, requiere escucha, empatía, capacidad de análisis y reflexión, creatividad, y paciencia.
Blanca López Arce
Psicomotricista -Psicopedagoga y Educadora de Masaje Infantil